Salieron unos cuadris discretísimos en el caballo pero de dulce en la muleta. El único que sacó casta fue el primero y sin ser Jaquetón. Con el resto se podrían haber anunciado Morante, Aguado y Ortega y salen en hombros sin despeinarse.
Corrida muy grande en el buen sentido, aplaudidos de salida sin excepción y con poca cosa que mostrar en el caballo, hasta el punto de que un par de ellos pasaron prácticamente sin picar. En la muleta se movieron todos pero con pareja docilidad. Salvamos a ese primero, Trastero, cuya embestida nos gustó pero que en el peto no tuvo nada que ver con el de Rafaelillo en Valencia. Fue muy aplaudido en el arrastre olvidando su primer tercio. Eso sí, en Madrid se hubiera llevado una ovación de gala.
Ahí pueden ver el elenco de ganaderos presentes en Vic:
ROBLEÑO. El primero era un negro zaíno un poco greñudo, totalmente en tipo:
Nada en el caballo que no fuese recibir un mínimo de tres agujeros pero sin pelear. Bueno, sí, vimos un bonito galope de largo en el tercero.
Robleño dejó respirar al toro y en cuanto cogió aire se acordó de Fernando El Viejo y empezó a embestir con seriedad. Observen que no va al paso:
Los robleñistas se enfadarán con nosotros pero nuestra opinión es que el maestro estuvo claramente por debajo del toro. Con el hocico completamente rebozado de la arena vicoise, recibió dos pinchazos con fe y esta perpendicular atrás con derrame.
Aplausos merecidos al toro pero, como decíamos antes, sólo por su prestación en la muleta ya que bajo el peto fue gris.
El cuarto era un negro listón, con barro y al que clavaron la divisa en la oreja pero afortunadamente se le cayó enseguida:
El picador puso de uñas al personal tras caer desequilibrado por el topetazo del toro en el primero. Y es que después se dedicó a barrenar asquerosamente. Marchó escuchando una bronca monumental. Ahí lo tienen dándole al metisaca trasero y con la mano izquierda asesina. Por lo menos la puya no está montada al revés. Fíjense en la banda roja de Bonijol:
Ruiz bregó bien, bajando la cara del toro para intentar atenuar el sainete banderillero. Después resultó ser un toro topón que además se quedó sin combustible y al que Robleño arrancó pases aburridos.
Pinchazo y desprendida que basta.
ESAÚ. Lo suyo en Vic-Fezensac quizá será debut y despedida. Ignoramos qué le habían contado pero se equivocó pensando que esto era una plaza de pueblo. Lo despidieron con una sonora pita. Su primero era un negro listón, rabicastaño:
Paso prácticamente sin picar: dos señales y marronazo.
Luego Tornay demostró que con valor, lo de la dificultad de banderillear estos toros en una milonga (recuerden que dijimos lo mismo en Madrid):
En la muleta, sosete y a la vez humillador. Esaú toreó despegadísimo y estuvo por debajo de la inmensa docilidad del cuadri.
Gran telonazo para dejar una estocada caída que basta.
El quinto era un toro de Bilbao:
Protagonizó el mejor puyazo de la tarde pero en el segundo y tercero hizo poca cosa saliendo suelto. Esta foto va dedicada para los que insisten en que en Francia se pica mejor que aquí. Recargada vil en el espinazo y mano izquierda asesina encerrando al toro en una sanguinaria celada:
La faena de Esaú, por denominarla de alguna manera, fue un auténtico castigo no para el toro sino para el público asistente. Culminó con un bajonazo, diez descabellos pegados con grandes precauciones y una bien merecida bronca del respetable.
GÓMEZ DEL PILAR. Su primero era un toraco al que recibió de rodillas en tablas pero fue desarmado con violencia y tuvo que refugiarse:
Por el caballo pasó de visita en dos entradas. Después asistimos al sainete habitual con el canguis en banderillas: cuatro pasadas para cuatro palos clavados. Candelas demostró que cuando no hay valor, los cuadris son muy difíciles de banderillear. Ahí está, de sobaquillo:
Otro cuadri muy bondadoso, y van... Gómez se mostraba lento y reflexivo, como siempre, pegando pases de uno en uno. De pronto fue volteado pero cuando estaba en el suelo a merced del toro éste lo miró sin hacer por él. Fue un detalle que nos alegró por el maestro pero nos entristeció por el ganadero.
Volvió a la cara y terminó poniéndose pesado. Tres pinchazos malos y el toro que se echa por su cuenta. La mano, por la estratosfera. Entrando así, todas las estocadas se van traseras, recuerden lo que explicábamos aquí.
Cuando salió el castaño sexto quedó claro que al madrileño le habían tocado los dos más fuertes:
Blandeó de salida y en varas sólo recalcaremos el topetazo que pegó en la tercera entrada. No descabalgó a Sangüesa de milagro. Le acertaría en algún vaso sanguíneo porque el toro iba dejando charcos de sangre. Buen segundo par de Del Pozo, que en Vic no se alivió como en Madrid y fue justamente obligado a saludar. Demostró que con valor... bueno, no lo vamos a repetir, que ya lo saben:
Salió Gómez a volver a reflexionar en la cara del toro, pidiendo calma con la mano izquierda, dando pases de uno en uno y vuelta a pensar. Rodin le haría una estatua.
El animal quería pero no podía por la citada blandura de remos. Fue un trasteo laboralista que con el fresco y la lluvia caída se nos hizo plúmbeo. Pinchazo y tendida trasera:
Fin de fiesta y segunda decepción de la feria. Puestos a escoger, nosotros somos de los que preferimos que los de Cuadri arreen en el caballo. Si no es así pero se mueven en la muleta, por lo menos que lo hagan como el primero. Ojalá ese Trastero hubiera empujado como el de Rafaelillo... ¡se habría cumplido el sueño de Fernando El Viejo como criador de toros! Pero los sueños, sueños son.
Saludos cordiales desde Vic-Fezensac. Rafa.